GUERREROS DE HOY

Guerreros de Hoy

Los guerreros no son cosa del pasado. Tal vez hoy más que nunca nuestro mundo necesita guerreros. Quizás ha llegado el momento de aprender a vivir como guerreros, para poder enfrentarnos a los desafíos de la vida moderna y superarlos con valentía y honor.

Vivimos en un mundo que parece haber perdido los principios fundamentales de respeto a la dignidad del ser humano, y a la vida en general. Parece que en la sociedad moderna todo vale para conseguir lo que uno quiere, sin importar lo que le ocurra a los demás. Se contamina el planeta, se talan las selvas, se incendian los bosques y se masacran animales sin necesidad.

Multitud de seres humanos están sumidos en la pobreza y mueren de hambre, mientras en otros lugares se tira la comida para subir los precios del mercado. La corrupción y la ausencia de valores genera innumerables injusticias y sufrimientos de toda índole a gran cantidad de personas para beneficio de unos pocos sin escrúpulos.

En nuestra vida, nos encontramos todos los días con injusticias, conflictos laborales y personales , estrés, problemas económicos y, lo que tal vez sea peor, un sentimiento de impotencia ante estos hechos, o simplemente una profunda sensación de insatisfacción, a pesar incluso de tener todo lo necesario para ser felices.

Parece ser que estamos rodeados de caos, confusión, miedos y agresión. Pero la situación actual no es nueva, solo han cambiado las formas y las apariencias. Si observamos la historia de la humanidad, podemos encontrarnos en todos los tiempos con sufrimiento, miedo y agresión.

A través de los tiempos, ante esos mismos problemas, unas personas se han resignado y otras han luchado por cambiar esas situaciones. En diferentes culturas y momentos de la historia podemos encontrar buenos ejemplos de esos guerreros que lucharon por cambiar su mundo. Los Samurais en Japón, los Caballeros Templarios en Europa, o incluso la leyenda del Rey Arturo, nos pueden servir de inspiración para crear un mundo mejor. Todos ellos coincidían en ese objetivo, y también compartían ciertos valores como la valentía, el honor y el amor.

Valentía porque estaban dispuestos a enfrentarse con lo imposible sin miedo a morir.

Honor que demostraban en su estricto código de conducta, con una ética intachable, siendo su palabra suficiente compromiso de realizar su cometido.

Amor, sí, también amor a pesar de ser guerreros, pues lo que les movía realmente era su amor hacia los débiles o desprotegidos, hacia sus familias y compañeros, hacia su pueblo. De ese amor surgía su entrega a reparar injusticias y su lealtad.

¿No has soñado nunca, aunque fuera en tu infancia, en encarnar a uno de esos guerreros y luchar por restaurar el bien, la paz y la armonía en tu reino? Yo sí. Aunque nunca he sido violento, ni creo que la violencia sea el mejor camino para conseguir nada, dentro de mí parece haber algo que resuena en sintonía con esos principios guerreros de las tradiciones del pasado.

Aunque parezca mentira, incluso bajo la lucha y la guerra podemos encontrar sabiduría. Como podemos leer en "El Arte de la Guerra" de Sun Tzu:

"La mayor victoria es la que se consigue sin luchar"

Ese creo que es el objetivo de los auténticos guerreros: Restaurar la armonía a su mundo para que todos puedan vivir en paz. O como dijo un gran maestro de las artes marciales, Morihei Ueshiba, fundador del Aikido (el camino de la armonía):

"La tarea de un auténtico Samurai es construir un mundo de paz y proteger toda forma de vida"

"Armonía, Amor y Cortesía son los elementos esenciales del verdadero Budo (camino del guerrero)"


Podemos hacer algo para cambiar el mundo, al menos nuestro pequeño mundo, el que nos rodea. Debemos ser conscientes de que el futuro está en nuestras manos. Podemos hacer realidad la fantasía. Podemos encarnar a Don Quijote, al Rey Arturo o a los Samurais, para convertirnos en guerreros auténticos dispuestos a restaurar la armonía a nuestro mundo. Podemos transformar nuestro ámbito personal e influir para mejorar la sociedad e incluso el planeta.

La vida está llena de conflictos, pero debemos considerarlos como puentes hacia la creatividad que nos impulsen a replantearnos nuestras ideas y a suavizar nuestras aristas, convirtiendo el espíritu de lucha en un espíritu creador y positivo.

Adaptando a la actualidad los principios guerreros del pasado, podemos encontrar alternativas a la agresión y la lucha para superar los desafíos de cada día. Hay un tercer camino, sin luchar y sin resignarse ni someterse.

Podemos convertirnos en guerreros pacíficos y actuar conscientemente en lugar de reaccionar agresivamente. Descubramos ese corazón de guerrero que hay en nuestro interior, descubramos quién somos en realidad, y desarrollemos la valentía del guerrero.

El mundo nos necesita, y ese mundo empieza por nosotros mismos y nuestra vida. Recuerda que todo viaje empieza con un paso. Da hoy ese primer paso que te llevará a vivir como un guerrero.




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